lunes, 27 de julio de 2015

"Pude percibir mis alas" CAROLINA VELASQUEZ

Es nuestra intención compartir con vosotr@s artículos referidos a este trabajo que desarrollamos y que cientos de instructores e instructoras realizan en diferentes lugares del mundo. 



318 ° DOMINGO 25 DE ENERO DE 2004
Estrategias frente a la crisis
“Pude percibir
mis alas”
CAROLINA VELASQUEZ
Río Abierto Solidario es una fundación argentina que, entre otras cosas, ha desplegado acciones comunitarias para enfrentra los efectos de la crisis económica y política a partir del trabajo psicocorporal. Actualmente tiene presencia en nueve países más
En 2002, en medio de la profunda crisis argentina, la fundación Río Abierto llevó a cabo un programa sui generis en algunos barrios marginales de Buenos Aires. La diferencia de esta propuesta con otras existentes fue que a partir del trabajo psicocorporal –movimiento vital expresivo, música, voz, masaje, meditación, plástica– se impulsaron acciones solidarias con la comunidad. El objetivo: recuperar y fortalecer el “poder creador” del ser humano, tomando como eje el cuerpo, para superar una realidad que “golpeaba fuerte” no sólo a individuos o grupos sociales marginales sino al país entero.
La propuesta no partía de cero. A finales de los noventa, Río Abierto había participado en Nuevos Roles, un proyecto financiado por el gobierno de Buenos Aires para atender el desempleo en la capital argentina, capacitando primero a terapeutas psicocorporales y más tarde a la población en general –portadores de VIH, amas de casa, jóvenes, profesionales desocupados– en labores novedosas como “ayudantes familiares”, por ejemplo, entrenamiento para atender situaciones diversas y necesarias en un hogar (primeros auxilios, plomería, cuidar un enfermo, electricidad).
La mayoría de quienes participaron en el programa con alguna de las otras 40 ONG involucradas siguieron desempleados. En cambio, los cinco programas de Río Abierto tuvieron éxito: 83% de los 200 participantes logró colocarse casi de inmediato en actividades diversas. ¿Cuál fue la clave?
María Lanatta, instructora de Río Abierto en Buenos Aires –de visita en la ciudad de México con motivo del V Encuentro Internacional de esta fundación–, responde: “Hicimos lo que sabemos hacer. Cumplimos con los pasos del formato que nos pidieron las autoridades, pero básicamente trabajamos con nuestro sistema. Le facilitamos el camino a la gente alimentando la confianza en sí misma”.
Además de Nuevos Roles, en 2001 y 2002 también realizaron acciones solidarias como juntar alimentos y ropa para instituciones que atendían a personas en situación de riesgo. Era el momento culminante de una crisis que golpeaba a toda la Argentina.

Con donativos de personas de Buenos Aires e Italia y alumnos que habían participado en cursos temporales, Río Abierto Solidario llevó ayuda continua, en 2002, al Barrio Arturo Ilia, en la zona de Bajo Flores, frente a la Villa I, quizá la más grande y pobre de Buenos Aires.
En principio se compraron alimentos, pañales y ropa, luego con el dinero que llegó desde Italia se incrementó la ayuda. “Para entonces –y en realidad desde siempre– no se trataba sólo de ‘llevar cosas’; la idea fue trascender la acción asistencialista y superarla a través de acciones tendientes a posibilitar la puesta en marcha de emprendimientos comunitarios (pequeñas empresas) y fundamentalmente encontrar la forma de llevar nuestro trabajo: el movimiento (corporal) y el trabajo sobre sí, es decir, transformar el pensamiento en conciencia y la conciencia en acción solidaria”, dice Viviana Britos, responsable del programa. (Río Abierto Solidario, marzo 2003, boletín No. 1).
El trabajo se consolidó en 2003. Colaborando primero en la instalación de un horno para el comedor popular Sol Naciente que permitía la elaboración de 75 kilos de pan cada 25 minutos, y posteriormente en el alquiler de una fábrica desocupada que serviría para instalar un hogar para madres solteras y sus bebés, una fábrica de pañales operada por ellas mismas y un espacio para trabajar en grupo movimiento energético y masaje.
Respecto de esta experiencia, Britos cuenta. “Allí estaba toda la gente del comedor Sol Naciente. A las 9:50 horas se armó la ronda, nos tomamos de las manos, nos reconocimos en las miradas, en la energía y la alegría pobló el encuentro...
“Después fue el movimiento, sí, nuestros cuerpos en movimiento los que llevaron adelante el verdadero acto fundacional: mujeres, hombres y chicos con y sin vergüenza, con y sin miedo, con y sin plata, con y sin trabajo, encontrándonos a través del cuerpo, del movimiento, de la energía, de la música, del sonido, del contacto amoroso del masaje, del apoyo recíproco en la espalda.
“Cuando terminó la clase y antes de comenzar el trabajo, Manuel, de 10 años, nos dijo: ‘Cuando recibí el masaje, yo sentí que estaba volando’, y yo, que desde muy chiquito tuve un profundo deseo de volar, por primera vez pude percibir mis alas...” (Río Abierto Solidario: 2003)
 
Nuevo paradigma
Río Abierto es una propuesta de trabajo psicocorporal para el desarrollo humano, que surgió en Argentina en los cincuenta como resultado de la labor de Susana Rivera de Milderman en grupos de crecimiento humano, en los que integraba una amplia gama de técnicas de variadas disciplinas: médium, teatro, voz, masaje y movimiento corporal, yoga. La continuadora directa de esta experiencia es María Adela Palcos, quien luego de formar parte de uno de estos grupos estudió psicología y creó en Buenos Aires la Fundación Río Abierto, de la que actualmente es directora.
Para María Adela Palcos, de 72 años, la humanidad vive un cambio de paradigma. Salimos del estilo autoritario para hacernos más inclusivos, considera. “Necesitamos vivir complementariamente; no pretender que somos iguales, entender que ser distintos no significa ser contrarios. Estamos aprendiendo que la diferencia nos complementa”.
En su opinión, escuchar al cuerpo es la receta para vivir en armonía con los demás. “Venimos de una cultura en la que el intelecto es el único escuchado, pero la sabiduría del cuerpo es la inteligencia orgánica, la que nos mantiene con vida y maneja miles de equilibrios a la vez. No vamos a negarle utilidad a la inteligencia intelectual, pero no hace falta oponerla a la intuición. Se trata, justamente, de integrarlas”.

¿Cómo estimular este proceso? A través del movimiento corporal y la expresión de emociones, dice Palcos. “Con la música y con la acción, el intelecto mecánico, el que porta los condicionamientos, se relaja, parece que cede. Y entonces empieza a funcionar nuestra mente creativa. En cuanto a la expresión, cuando alguien dice ‘tengo miedo’ ya está transformando ese temor en otra cosa, en sonido. Son distintos caminos que nos acercan a la posibilidad de tomar conciencia”. (Uno mismo, entrevista).
Actualmente este sistema se practica en Brasil, Uruguay, España, Italia, Suiza, Alemania, Estados Unidos, Israel y México. A partir de 2000 fue reconocido por el Ministerio de Educación en Argentina como carrera técnica, una propuesta educativa que intenta reconstruir al ser humano como unidad –cuerpo, mente y sentimientos– como “un camino hacia el interior de la persona en un mundo globalizado donde las diferencias sociales y económicas se profundizan cada vez más y los valores humanos han sido desplazados por la búsqueda desmedida del éxito, el poder y el dinero”. (Revista Kiné, s/f, Cuerpo &, suplemento, Argentina).